La Biblia es la Palabra inspirada de Dios, el producto de los Santos Hombres de la antigüedad que hablaron y escribieron siendo movidos por el Espíritu Santo. El Pacto tal como está registrado en el Nuevo Testamento, lo aceptamos como nuestra guía infalible en asuntos relacionados con la conducta y la doctrina. (2 Timoteo 3:16, 1 Tesalonicenses 2:13, 2 Pedro 1:21)